martes, 18 de julio de 2017

6.2..Evaluación tecnológica.

La evaluación de la tecnología es un ejercicio analítico consistente en valorar información, conocimiento y resultados experimentales en función del impacto que tiene sobre la tecnología de la organización, tanto la desarrollada internamente como la que pueda adquirirse externamente.
Los procesos de evaluación son inherentes al ser humano, así el propio cerebro procesa decenas de sonidos e imágenes por minuto para valorar si una situación representa algún tipo de oportunidad o de amenaza. Cierto es que no somos siempre conscientes de este proceso que sistemáticamente realiza nuestro cerebro, de hecho, y en gran medida, se realiza de forma subconsciente valorando los estímulos que recibimos en función fundamentalmente de: (i) experiencias pasadas y (ii) emociones propias. Para saber más como funciona este proceso se recomienda leer el libro Emotional Intelligence de Daniel 
El ISFOC dispone actualmente de todo el equipamiento necesario para poder llevar a cabo la evaluación de cualquier tecnología CPV. Esta evaluación se realiza tanto a nivel de módulo CPV como de un sistema completo o concentrador (sistema de seguimiento más módulos) conectado o no a la red.
A nivel concentrador, se puede realizar la misma caracterización en condiciones reales de operación, además de compararla con los resultados obtenidos para el módulo. Con esta información se hace una análisis inicial de rendimiento del concentrador identificando los principales factores de pérdidas de energía como podría ser el desalineamiento entre los módulos de la parrilla o dispersión entre los mismos, deficiencias en el sistema se seguimiento, pérdidas de inversor o cableado.
La evaluación del módulo consiste en la determinación de la Potencia Nominal en condiciones estándar de medida, así como la comprobación y determinación de su funcionamiento en las diferentes condiciones de operación que podrían darse en diferentes localizaciones idóneas para la CPV. Todo este trabajo se está realizando acorde al borrador de la norma IEC 62670 "Concentrator Photovoltaic (CPV) Module and Assembly Performance Testing and Energy Rating" que está desarrollándose actualmente, siendo el ISFOC miembro activo en la retroalimentación de resultados al comité internacional.

Una de las principales fuentes de ventajas competitivas en los turbulentos mercados globales que hoy en día afrontan las empresas es, sin duda, la tecnología, desde la informática, que permite administrar y aprovechar la inmensa cantidad de datos disponibles y que ha estado de moda desde principios de los años 90 con la llamada «era de la información», hasta las tecnologías duras, presentes en las actividades humanas desde tiempos ancestrales.
Aun cuando esta capacidad de creación de ventaja competitiva es entendida por los empresarios, los procesos de evaluación y adquisición, en su estructura y metodología, parecen reflejar una percepción totalmente diferente por parte de éstos. Esta percepción debe verse reflejada en la evaluación de tecnología, cuyo objetivo fundamental debe ser la creación de valor para los accionistas de la empresa, mejorando la posición estratégica que se tiene en el mercado.





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La cantidad de los recursos disponibles también puede ser relevante para establecer el alcance de la producción. Si bien los solicitantes usualmente están concientes de las limitaciones que la disponibilidad de tierra presenta, con frecuencia olvidan tomar en cuenta una necesidad tan importante como el agua - por ejemplo, en los proyectos de riego.
Otro recurso básico que por lo general se da por descontado es la disponibilidad de mano de obra. Aunque un proyecto se puede realizar con el fin de beneficiar a la comunidad por entero, con frecuencia es difícil encontrar la mano de obra necesaria, especialmente si la necesidad surge precisamente durante el tiempo de la cosecha. La migración de los hombres para trabajar en otras zonas del país durante parte del año, también puede reducir de manera significativa la disponibilidad de mano de obra en ciertos meses.
¿Qué otros factores pueden determinar el alcance adecuado para la actividad productiva? A continuación se anotan puntos a tener en cuenta:
  • Conocimiento del mercado y experiencia en el mismo. La existencia de un Mercado bien establecido para los productos, la variabilidad de los precios de un mes a otro y el riesgo de pérdidas (especialmente para productos perecibles) son todos factores que se deben tener muy en cuenta cuando se determina la magnitud de la producción.
  • Conocimiento previo de la tecnología. Si la tecnología propuesta es bien conocida, los participantes tienen experiencia aplicándola y se cuenta con la disponibilidad de servicios de reparación y mantenimiento, se puede justificar una producción a mayor escala. Por otro lado, si existe una incertidumbre considerable en lo referente al proceso de producción o si el abastecimiento de materia prima es problemático, tal vez podría ser más aconsejable tener una producción de menor escala, siempre y cuando sea consistente con los objetivos del proyecto.
  • El número de personas o familias en el grupo de solicitantes. Es claro que no tiene mucho sentido proponer un proyecto que generará 1 000 dólares EE.UU. al año si se espera que el proyecto haga una contribución significativa a los ingresos de 100 familias.
  • Capacidad administrativa. En general, mientras mayor sea la inversión y mayor sea el número de personas involucradas, más compleja será la labor de dirección. Si los solicitantes no cuentan con la experiencia previa en el manejo de inversiones, sería poco recomendable comenzar con una inversión importante. La falta de capacidad administrativa es, probablemente, la causa principal del fracaso de las compañías pequeñas.

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